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La cicatrización es un proceso complejo de una cadena de eventos que requiere energía, proteína y otros nutrientes para que se pueda llevar a cabo adecuadamente, ya que cuando existe una lesión, el cuerpo reconoce esta condición como prioritaria.
El estado nutricional, es importante tanto a nivel de prevención como de recuperación, ya que llevar
una adecuada alimentación tiene un papel protector frente al desarrollo de úlceras por presión o
heridas quirúrgicas, así mismo, una vez exista la lesión se requiere de un adecuado flujo de
nutrientes para la reparación de tejidos y proteger al organismo frente a una posible infección.
Dentro del abordaje del paciente con heridas, es muy importante hacer una valoración nutricional
adecuada, que permita identificar alteraciones en la ingesta de nutrientes, así como un posible
deterioro de las reservas proteico-energéticas; a nivel institucional los métodos de tamización
toman cada vez más relevancia, para identificar de manera temprana a los pacientes con desnutrición
o en riesgo de presentarla, esto permite una intervención oportuna y una corrección de posibles
deficiencias.
Dentro de los macronutrientes indispensables en el proceso de cicatrización se encuentra la
proteína, es ampliamente reconocido que para favorecer síntesis de tejido y para una adecuada
respuesta inmunológica, el cuerpo aumenta sus requerimientos de aminoácidos, una disminución de
proteína se relaciona con prolongación de la fase inflamatoria y alteración en la proliferación de
fibroblastos, así como en la síntesis de colágeno, otro mecanismo por el cual se pierden proteínas,
es en el líquido que se desprende de las heridas abiertas.
No solo el aporte proteico en general es importante, se debe considerar la suplementación de
aminoácidos condicionalmente esenciales como la arginina y glutamina, los cuales en situaciones de
estrés se agotan y como consecuencia se alteran procesos como la respuesta inmunológica, la síntesis
de colágeno y la proliferación celular.
En cuanto a los micronutrientes, se ha encontrado que los requerimientos aumentan de manera
significativa en los pacientes con lesiones de piel, dentro de los más importantes se encuentran: la
vitamina A, vitamina C, Selenio, Cobre y Zinc, estos además de cumplir un papel antioxidante y
proteger las nuevas células y tejidos, también intervienen en la respuesta inmunológica, síntesis de
colágeno y en mejorar la fuerza tensil de la herida.
El paciente con heridas definitivamente cuenta con necesidades especiales de proteína y
micronutrientes, la nutrición especializada puede acortar tiempo de reparación de tejidos, disminuir
riesgo de complicaciones y favorecer la calidad de vida del paciente.