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El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), es un virus que ataca el sistema inmunitario,
debilitándolo para la defensa contra infecciones y determinados tipos de cáncer. La función
inmunitaria se mide mediante el recuento de linfocitos CD4.
Tener VIH aumenta el riesgo de contraer numerosas infecciones, cánceres y enfermedades que las
personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.
La etapa más avanzada de la infección por VIH, es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA),
que en función de cada persona puede tardar entre 2 y 15 años.
El VIH continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, con 38,4 millones
de personas diagnosticadas y 28.7 millones de personas con acceso a terapia antirretroviral para el
2021.
Los grupos de población clave (trabajadores sexuales y sus clientes, los hombres que tienen
relaciones sexuales con hombres, las personas que se inyectan drogas, las personas transgénero) y
sus parejas sexuales representaron el 70% de las nuevas infecciones.
Durante el 2022 fallecieron 650.000 personas por causas relacionadas con el VIH y cerca de 2
millones de personas contrajeron el virus.
El riesgo de contraer VIH es:
Los síntomas del VIH varían según la etapa de la infección. El máximo nivel de
contagio se alcanza
en los primeros meses de la infección, muchos infectados ignoran que son portadores hasta fases
avanzadas y pueden seguir trasmitiendo el virus si no reciben tratamiento.
En las primeras semanas del contagio la persona no manifiesta ningún síntoma o presenta un cuadro
seudo gripal, con fiebre, cefalea erupciones o dolor de garganta.
A medida que progresa, se va debilitando el sistema inmunitario y la persona presenta otros signos y
síntomas, como inflamación de ganglios, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos.
Sin tratamiento pueden presentar enfermedades graves como tuberculosis, meningitis, infecciones
bacterianas graves, determinados cánceres como linfomas y sarcoma de Kaposi.
El VIH se trasmite por intercambio de fluidos corporales de la persona infectada como sangre, semen,
leche materna, o secreciones vaginales, también existe la trasmisión vertical de madre a hijo
durante el embarazo y el parto. El virus puede ingresar al cuerpo por la mucosa rectal, mucosa
vaginal, a través de la uretra en los hombres o por el prepucio, en los no circuncidados y por
lesiones, cortes o llagas.
Existen formas menos comunes: como son las relaciones orales, algunos factores como eyaculación en
boca cuando se tienen lesiones bucales o sangrado en las encías o llagas genitales incrementa el
riesgo de trasmisión
Recuerda que no es posible infectarse por besos, abrazos, dar la mano, compartir objetos como el
agua o alimento, o por alimentos manipulados por una persona positiva para VIH.
Es importante tener en cuenta que las personas con VIH que reciben tratamiento antirretrovírico y
han suprimido la carga vírica no trasmiten el VIH a sus parejas sexuales.
El acceso temprano a tratamiento antirretrovírico y el apoyo para continuar el tratamiento son muy importantes para mejorar la salud de las personas y para evitar que trasmitan el virus.
Existen muchas pruebas que entregan resultados el mismo día, incluso pruebas de autodetección que se realiza cada persona en casa, pero siempre el diagnóstico confirmatorio debe ser realizado en una institución de salud. Las pruebas funcionan porque detectan los anticuerpos que el organismo genera para defenderse del virus. En casi todas las personas estos aparecen a los 28 días después de haber contraído el virus, no obstante, durante este tiempo la persona está infectada y puede trasmitir la infección a otras personas a pesar de salir negativo en las pruebas.
Puedes disminuir el riesgo, limitando la exposición a factores de riesgo, puedes usar conjuntamente varias de las protecciones: